LA SEÑORA OCTOPUS

Claro! Me levanto por la mañana, deseando ir al gym con todas las ganas del mundo!! , y lo primero que me dice “LA SEÑORA OCTOPUS”,(que no es otra que mi adorable madre), es que no me dará dinero para matricularme un mes más. YO NO LO PODIA CREER!!! ¿Qué había hecho para merecer ese castigo?, lo supe al cabo de algunos segundos… ser hijo de la “señora Octopus” ¬¬ Bueno no es realmente un castigo ni nada por el estilo… pero es lo que se acostumbra decir! Oh que mala mi madre! No me deja salir! No me da dinero! Me grita y me da sermones a diestra y siniestra a cada instante! Mi mamá no me deja traer hombres a la casa (en el caso de las señoritas obvio! :p) – claro si se les puede llamar señoritas...
Seguí rogando un buen rato hasta que recibí un estrepitoso y rotundo NO!
En ese momento sentí que mi vida empezaba a extinguirse. Decidí recurrir a la madre de la “señora Octopus”, ella de una manera más sutil y educada me dijo NO. Yo entendí en ese momento que ya no era un niño, que tenía que volver a trabajar si requería de algunos gustos para hacer de mi existencia en este mundo más placentera. Pero en ese momento no pude hallar una manera de tener dinero rápido, y la prostitución no estaba dentro de las alternativas a conjugar.
Un amigo “F,” me dijo que su “madrecita”, cada vez que entraba en ataques de ira, abría los ojos de una manera espectacular. Parecían como si sus globos oculares estuvieran a punto de gritar y maldecir a medio mundo.
- A veces eh llegado a pensar que mi madre en vez de globos oculares tiene dos pelotas de pin pon – me dijo.
Las reacciones de las madres ante un hecho “delictivo” efectuado por sus adorables retoños pueden ser innumerables y de las formas más abstractas.
Según mi amiga “A” su madre reaccionaba así:
- Oh mi madre parece otra persona, pone su boca de punto (nunca llegue a entender a que se refería con eso, tampoco quiero saberlo…), ojos en blanco y le sale una voz cruel y venenosa y luego dice mi nombre como invocando a los Apus.
Me estremecí al escuchar esa macabra descripción.
Según mi amigo “M”, la transformación de su madre consistía en:
- Mi “jefa” empieza a hablar fuerte y me dice, eres un cojudo!!! Levanta la mano como si quisiera tirar una bofetada, recriminándome por los actos vandálicos cometidos. Ah me olvidaba! Pone cara de poto :S.
Bueno, el ademán de levantar una mano simulando una bofetada es común, y las caras de poto también.
Otro amigo al que le pondré “R”, me la describió de la siguiente manera:
- Mi vieja, frunce el ceño y solo grita, grita y grita.
Hasta ese momento me dije, que aburrida su “vieja”. Pero luego añadió:
- Pero cuando realmente la cago, comienza a respirar muy fuerte, su pecho se hincha como un palomo en época de celo, unas cuantas venas hacen su triunfal aparición a los costados de su arrugada frente, su boca se abre ligeramente y deja que una gota de saliva se escurra por la comisura de sus labios, para luego estallar en alaridos extraviados.
Al escucharlo me pregunte, ¿me a descrito a una persona o a un ser intergaláctico en busca de presas terrícolas? De lo único que estoy seguro, es que no pisaré su casa nunca más.
Mi amiga “K”, me dijo lo siguiente acerca de su mamá:
- La huevona de mi mamá, cada vez que hago algo, solo se pone a suspirar y hasta llora. Sólo se queja y se queja como nenita. NO ME HAZE NI MIERDA! ¿Lo puedes creer?, quisiera que me pegue, que me masacre aunque sea sólo una vez en su desgraciada vida. Pero que más puedo pedir de una menopáusica al borde del suicidio porque su amante, 20 años menor que ella, la dejó por una mocosa que sí lubrica…
Esta bien, mi amiga es una perturbada, lo sé. Me hizo una explicación más detallada de su mamá, más de lo que yo quería saber. Aunque me dejó pensando en los problemas de lubricación de su señora madre.
Y en una oportunidad pude ser testigo ocular de cómo una mamá trata a su hijo cuando hace algo "malo".
Había acompañado a mi “amigo lucumin” a su casa, un par de cigarrillos se movían entre nuestros dedos, como si nada más importarse. Llegamos a su puerta y afuera estaba su mamá desde YA, con cara de pocos amigos. Me la presentó, conmigo fue amable; pero inmediatamente después su expresión cambió trágicamente al percatarse del cigarrillo que jocosamente se balanceaba entre los dedos de su primogénito. La conversación fue la siguiente:
- Ya te eh dicho que no quiero que fumes, te hace mal – dijo la madre de “lucumin”, tomándose la cintura con ambas manos – te quieres morir ¿no?
- Ya mamaaaaaaa es sólo un cigarrillo, además tarde o temprano tengo que morir de algo – añadió “lucumin” en tono despreocupado, apagando el cigarrillo.
- No te puedes morir ahora, los entierros están muy caros! – respondió su madre haciendo un gesto de falsa preocupación, para luego ingresar a la casa, diciéndole que no le daría más dinero.
Lucumin y yo nos vimos extrañados para luego destartalarnos de risa.
Debo decir que ese tipo de reacción tan sarcástica y con mucha elegancia no me lo esperaba, por un momento me sentí dentro de una comedia americana muy bizarra, donde las madres son seres extraños que tratan a sus hijos como seres aún más extraños. ¡BRILLANTE!
Por otro lado, mi mamá cuando se enoja conmigo, primero cierra los ojos ligeramente, lo suficiente para ver que no me esconda, tuerce la boca un poco para la izquierda (siempre es para la izquierda, no se porque, mi madre es diestra), y en el momento de empezar a maldecirme abre los ojos y empieza a agitar los brazos de arriba hacia abajo, haciéndola parecer como si tuviera ocho extremidades. De ahí “SEÑORA OCTOPUS”.
Las múltiples reacciones de nuestras madres pueden llegar a ser tan descabelladas y horrendas al punto de ocasionar un colapso nervioso en nosotros.
Acabé el día leyendo y escuchando música, tirado en mi cama como un KOALA!.
Que divertido! Pero mañana gimnasio como sea, y si no tengo plata, la prostitución empezará a ser una posibilidad bastante cercana.